FAO: Veinte años de celebración de la “cultura” en la agricultura

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FAO: Veinte años de celebración de la “cultura” en la agricultura

Los Sistemas importantes del patrimonio agrícola mundial (SIPAM), que son  entornos naturales que evolucionan con el paso de los siglos, dan sustento a las comunidades y sus culturas de manera simultánea. Dentro de estos sistemas existe una relación simbiótica entre el entorno agrícola y el entorno social más amplio. Del mismo modo que las comunidades dependen de estos ecosistemas para su subsistencia, la conservación de los propios ecosistemas se basa en los conocimientos tradicionales y las prácticas sostenibles de estas comunidades.

Este conocimiento, que salvaguarda y da forma a estos entornos únicos, está arraigado en las tradiciones y culturas de las comunidades. Se celebra en las fiestas, se incorpora a las lenguas, se practica en rituales y se transmite de generación en generación. Estas enriquecedoras tradiciones culturales no solo son interesantes, sino que al mismo tiempo son esenciales para la conservación y transmisión de conocimientos y técnicas tradicionales que ayudan a conservar los recursos naturales.

Para celebrar el 20.º aniversario del programa SIPAM de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), a continuación se explican cuatro sitios reconocidos recientemente y su importancia cultural.

Sistema de bancales de piedra en tierras secas de Shexian (China)

El Sistema de bancales de piedra en la región de tierras secas de Shexian se remonta a la dinastía Yuan. Este sistema agrícola de secano se compone de una serie de bancales de piedra en las montañas del condado de Shexian (China). El bancal más alto tiene una elevación de más de 1 000 metros con una pendiente de más de 50 grados. Las comunidades locales utilizan estos bancales para cultivar diversos cereales, como el mijo, cultivos comerciales y árboles frutales económicos como la nuez y el árbol angélica chino.

Las técnicas agrícolas y prácticas culturales de la comunidad conservan el entorno y el ecosistema, así como la seguridad alimentaria y de los medios de vida de la comunidad. Los lugareños transmiten los conocimientos agrícolas a través de modismos como “sembrar al comienzo de la lluvia, cultivar durante la lluvia y cosechar al final de la lluvia” para describir el uso óptimo de las precipitaciones en sus prácticas agrícolas. Las costumbres festivas y la cultura alimentaria también se centran en los cereales secundarios que se producen en los bancales de Shexian. Por ejemplo, para celebrar el Año Nuevo Lunar, los habitantes preparan una gran cantidad de panqueques de mijo que se consumen hasta el 15.º día del primer mes del año.

Sistema de cultivo de té tieguanyin de Anxi (China)

El árbol del té tieguanyin se descubrió en las plantaciones de té en forma de bancales de Anxi (China). Se trata del árbol del que procede una apreciada variedad de té oolong y, por lo tanto, esta zona se ha considerado el origen de la producción del té oolong. El sistema de la cultura del té de Anxi, que está empapado de historia, se remonta a la dinastía Song (960‑1279 d. C.) y se extendió por el mundo a través de la Ruta Marítima de la Seda. En estos bancales existen más de 100 variedades de té, y la experimentación y la adaptación por parte de los agricultores durante generaciones han contribuido a mejorar las técnicas de cultivo del té en todo el mundo.

La cultura del té tieguanyin de Anxi influyó en la sociedad agrícola de la región, así como en las creencias religiosas, el arte y la literatura, entre otros. La Batalla del té, por ejemplo, empezó con el desarrollo de los tés oolong y tieguanyin. Los agricultores necesitaban una forma de comunicarse, aprender y competir entre sí en relación con las técnicas de producción del té y, por tanto, integraron esta competición sobre la calidad de las hojas de té en su vida social.

Sistema integrado del lago Biwa y su entorno (Japón)

El sistema integrado del lago Biwa y su entorno combina la pesca continental tradicional con la agricultura de arrozales, donde tanto el lago como los arrozales circundantes alimentan conjuntamente a los peces. Los pescadores de esta zona han utilizado y mejorado diversos métodos de pesca durante más de 1 000 años. Además, han adaptado la cultura local y las normas sociales para asegurar la sostenibilidad de los recursos naturales y la conservación del ecosistema. Las organizaciones de pescadores, creadas históricamente para evitar la competencia y proteger la disponibilidad de los recursos mediante técnicas de pesca restringidas, siguen existiendo en la actualidad. Estas normas se aplican de manera eficaz y, como resultado, las restricciones han hecho posible aumentar la prevalencia de importantes especies endémicas.

El lago Biwa alberga 16 especies de peces endémicas y es un lugar con una rica cultura culinaria. El narezushi, un alimento en conserva preparado mediante la fermentación en arroz de varios peces del lago local, es un ejemplo de coevolución de la biodiversidad y su cocina. Los lugareños sirven este plato en ocasiones especiales para acoger a los invitados y como ofrenda a los dioses durante las fiestas.

Sistema de cultivo de fruta en la región de Kyoutou, Yamanashi (Japón)

El cultivo de fruta de la región japonesa de Kyoutou ha prosperado a lo largo de los siglos gracias a los métodos de agricultura adaptativos, como las espalderas especiales para viñedos. Las espalderas de estilo Koshu, adaptadas a las elevadas precipitaciones y a las condiciones de humedad de la región, en combinación con grandes vides muy espaciadas, permiten a los agricultores minimizar los problemas de plagas y controlar el vigor de la vid para salvaguardar la producción de uva, que es fundamental para los medios de vida rurales.

Se cree que esta región es la cuna del cultivo de la uva japonesa, que se remonta al menos a 800 años atrás. La producción de uvas se destina en su mayor parte al consumo directo y al turismo. Además de las uvas, otras frutas como los melocotones, las ciruelas y los caquis, así como algunas de sus variedades, crecen en estas tierras agrícolas.

Las prácticas culturales y las costumbres locales hacen suyo el cultivo de fruta. Por ejemplo, en las fiestas y actos se ofrecen plegarias para las buenas cosechas de sus árboles frutales, y las frutas que se cultivan allí sirven de ofrendas para los templos y santuarios, una práctica de la vida cotidiana.

La cultura desempeña un papel importante en la conservación de las prácticas y los conocimientos sobre agricultura. Aunque son muchas las razones por las que las comunidades desarrollaron estas tradiciones, entre ellas la supervivencia, es en parte el aspecto cultural de la agricultura el que está arraigado en la vida cotidiana de las comunidades y se transmite a las siguientes generaciones, lo que prolonga la conservación de estos sistemas de importancia mundial.

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