Chile: Pese a menor volumen, hubo mejor calibre y calidad en campaña 2020 de ciruela deshidratada
De acuerdo a información preliminar obtenida por Chile Prunes, este 2020, la exportación de ciruelas deshidratadas en toneladas tendrá una caída de entre un 15 a 20%, respecto al periodo 2019.
El año pasado, los envíos alcanzaron las 65.000 toneladas, equivalentes a USD 145 millones (FOB).
“Las razones de dicha disminución obedecen a las heladas de septiembre del año pasado y la sequía que ha afectado la zona central de Chile”, señaló Pedro Acuña, director ejecutivo de Chile Prunes.
Agregó que esta baja, asimismo, se tradujo en una mejor calidad de fruta, con mayores azúcares que permiten una mejor conversión de kg fresco a seco y, adicionalmente, mejores calibres.
“Lo que sí marca tendencia es que llevamos varias temporadas con un calibre cada vez mejor. Tenemos una fruta con más pulpa y mayor dulzor”, añadió el ejecutivo de Chile Prunes.
Por su parte, la ciruela D’Agen fresca -que antes no estaba en el radar- se está consolidando como producto en China y eso quita parte del volumen de deshidratado. En 5 años, Chile pasó de exportar 3.000 a 33.000 toneladas frescas en 2020. Eso sí, los precios del fresco han sido más volátiles que los de deshidratado.
Coronavirus y medidas sanitarias
Respecto del control del coronavirus, Chile Prunes indicó que los procesos en las plantas, fueron manejados con rigurosas medidas sanitarias, disminuyendo los contactos humanos al máximo, sin visitas de ningún tipo como proveedores y clientes, entre otros; con espacios delimitados que permitieron separar equipos de personas.
“Nuestros socios mantuvieron medidas muy extremas que aseguraron no solo las certificaciones externas, sino un desarrollo del proceso habitual en plantas con un muy buen producto final”, señaló Pedro Acuña.
El ejecutivo agregó que “el país no puede parar; la demanda ha estado normal (hasta la segunda quincena de abril); las autoridades han sido flexibles en facilitar que los procesos, entre otros, el de abastecimiento y transporte avancen de la forma más normal posible”.
Como antecedente, afortunadamente el avance del virus y el tiempo en que llegó a Chile (3 de marzo, primer caso en el país) jugó a nuestro favor, dice; a la fecha, gran parte de la cosecha ya estaba hecha y procesada, y gracias a la agroindustria, ésta puede quedar incluso guardada en el peor de los casos.