Chile, país productor de cerezas y de mejoramiento genético

Destacado Top Lo Más Visto Más Noticias
Chile, país productor de cerezas y de mejoramiento genético

Las cerezas es uno de los productos estrella de las agroexportaciones de Chile. Cada temporada los mercados están expectantes con la fruta y es de suma importancia que ésta cumpla los requisitos de los importadores más exigentes como China.

Por eso, es que ya no sólo basta con ser productor de una fruta, actualmente ya es un hecho que hay que mejorarlas y Chile se está haciendo un espacio como país que desarrolla tecnología varietal.

Bajo este contexto, el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) se encuentra desarrollando, en varias regiones del país,  un  programa de mejoramiento genético, con el objetivo de conseguir mejores variedades, adaptadas a diferentes condiciones agroclimáticas, y una mejor vida de postcosecha.

Al momento de desarrollar una nueva variedad, y decidir cuál es el ideal en cuanto a esto, es necesario tener en cuenta cuáles son los requerimientos o qué demandan los mercados importadores del producto, por ejemplo, China. Con ese país, sería importante tener en cuenta los días de viaje, por lo tanto una fruta que tenga larga vida de post cosecha.

En Portalfruticola.com, conversamos con el investigador de INIA Rayentué, el doctor José Manuel Donoso, quien nos explicó sobre el desarrollo de las nuevas variedades de cerezas en Chile.

“Lo que está pasando es que desde el inicio de la fruticultura en Chile, las variedades que se utilizaban eran norteamericanas y europeas. Chile cada vez más, está teniendo más restricciones para acceder a variedades extranjeras. Chile necesita tener sus propias variedades”.

Esto, en primer lugar, nos da independencia de los mercados externos. En segundo lugar, Chile se posiciona como desarrollador de tecnología. Además de ser productores de fruta, nos convertiríamos en productores de tecnología vegetal”, expresó.

“Chile es uno de los países con mayor crecimiento en este cultivo en el mundo, tanto en el número de hectáreas plantadas como en su nivel de producción en la última década. Es así como, en el año 2003 se registraban 6.990 hectáreas cultivadas con este frutal, mientras que actualmente las estadísticas indican que existen 25.021 hectáreas cultivadas con cerezos, reflejando un crecimiento del 358%”, puntualizó.

Programa de mejoramiento genético

En un sentido general, indica Donoso, “los objetivos primarios de los principales programas de mejoramiento genético del cerezo en el mundo se basan en aspectos similares. Sin embargo, nuestro Programa tiene un foco especial en el desarrollo de variedades con una excelente vida postcosecha, lo que nos permitirá seguir conquistando nuevos mercados y manteniendo una posición líder en el hemisferio Sur. Los objetivos comunes son los siguientes:

Tamaño y calidad de la fruta: El tamaño de la fruta influye en la percepción del consumidor asociado a una alta calidad, por lo que es un factor determinante del precio del producto. A su vez, cerezas grandes permiten una recolección más eficiente, reduciendo el tiempo de clasificación por lo que los costos generales de manipulación son menores. Ojalá un tamaño de entre 10 a 11 grados. Por otro lado, la percepción de la calidad en relación con la firmeza aumenta linealmente y a eso hay que agregar sabor y dulzor.

Extensión del periodo de cosecha: Tradicionalmente, la oferta de cerezas se ha concentrado en un breve período de tiempo en la zona central de Chile. Sin embargo, variedades desarrolladas en los últimos años han hecho posible la ampliación de la oferta en ambos extremos de la temporada, dando lugar a un creciente interés por la especie por parte de los fruticultores, gracias a los mejores precios que obtiene la fruta en los mercados de destino. En Chile, las variedades con menores requerimientos de frío y cosecha temprana, permitirían ampliar la zona productiva hasta el centro norte.

Precocidad y productividad: La producción frutícola moderna requiere un rápido retorno de la inversión, variedades precoces y productivas son indispensables para conseguir este objetivo.

Autocompatibilidad: Para zonas con primaveras frías y escasa actividad de las abejas, se han desarrollado, a través del mejoramiento genético, variedades autocompatibles, es decir, que no requieren de polen de otras variedades para completar el proceso de fecundación, cuajado y desarrollo del fruto de forma efectiva, permitiendo el establecimiento de huertos monovarietales con producciones consistentes a través de los años.

Resistencia a la partidura o cracking de la fruta: Un mal de las cerezas, es que producto de las lluvias durante el período de cosecha, como sucedió la temporada 2014-2015, las pérdidas económicas son inmensas, por lo que se requiere crear variedades tolerantes a la partidura, pese a que algunas variedades como  ‘Summit,’ ‘Regina,’ y ‘Lapins’ han mostrado una cierta tolerancia, pero aún no es suficiente.

Resistencia a plagas o enfermedades: El cáncer bacterial (Pseudomonasspp.) es uno de los mayores problemas fitosanitarios en Chile. Por esta razón, una de las principales líneas de trabajo corresponde a la búsqueda de resistencia a estas  bacterias, teniendo presente las exigencias, que siempre son más, en los mercados internacionales referentes a los límites de residuos químicos y también al incremento de la conciencia ambiental entre los consumidores.

“Con esto, esperamos, a corto plazo, convertirnos en desarrolladores de genética frutal, lo que ubicaría a la industria nacional y al programa de mejoramiento genético de variedades de cerezo dulce, en una posición más competitiva frente a los desafíos que enfrentamos”, indicó.

www.portalfruticola.com/Con información de INIA Rayentué

Suscríbete a nuestro Newsletter