Brasil, la caída de un gigante

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Brasil, la caída de un gigante

Por José Miguel Gómez, Ingeniero Comercial Especialista en Finanzas y Derivados y colaborador en AgroTV

jm gomez 2016-FOTOBrasil es una de las economías más poderosas de la región y una directriz para el resto del mundo por su tamaño e importancia geopolítica, aunque en estos momentos está en una crisis política, social y económica que desequilibra al país y a sus gobernantes.

Brasil en cifras

Brasil es la novena economía mundial en lo referente a PIB, de hecho es 7,5 a 9 veces Chile y su principal socio comercial en América del Sur y quinto a nivel mundial en intercambio de bienes y servicios, impulsado por la relación como estado asociado en el Mercosur (ACE 35); firmado en 1996.

Las relaciones desde ese punto se han fortalecido, cerca de USD 26.000 millones se invierten en Brasil de parte de grandes capitales chilenos los que principalmente abarcan sectores industriales (42%), servicios (28%) y agropecuaria (11%), la que incluye sector hortofrutícola.

Chile exporta principalmente salmones (USD 424 millones FOB) y filetes congelados de salmón (USD 62 millones FOB). El sector hortofrutícola está presente, al ser Brasil un productor de commodities como maíz, trigo, etc. puede, en gran medida autoabastecerse. Las importaciones del gigante del norte son carne de bovino, cerca de 274 millones de dólares (FOB), tractores de carretera levemente inferior a los USD 70 millones (FOB) y los demás azúcares de caña ciñéndose a USD 54 millones (FOB).

Problemas

El “capitalismo de Estado” fue el modelo que se implantó en Brasil, donde el Estado tomase parte en empresas tanto nacionales como internacionales como socio estratégico de ellas en territorio nacional, logrando obtener pensiones dignas y permitir que se uniera el poder del estatal con la productividad de los privados. El que en sus inicios fue exitoso haciendo crecer a este país un 7,5% promedio en la década pasada impulsado por el consumo familiar, el mismo que hoy va en picada. Anteriormente Brasil tenía un nivel de desempleo y pobreza tal, que casi cualquier estímulo monetario estatal daba resultados “sobre el promedio” que, al parecer hoy, han llegado a un peak, es decir, el modelo se agotó y ya no funciona.

Este estancamiento y pérdida de crecimiento está vinculado con agentes externos, como por ejemplo China que ha disminuido su apetito por commodities por su desaceleración dado el cambio de un modelo de producción a uno de consumo y baja inversión extranjera, resultado de la eliminación de Brasil de la categoría “inversión país” (estándar donde se asegura que el país tiene caja suficiente como para asegurar inversiones de importancia en su territorio).

Ya en 2014 se veía tambalear al gigante con un crecimiento de 0,1% (practicante estancado) y finalmente el 2015 cayendo el PIB  un 3,8%. Para tomar el peso de esta contracción, se perdieron USD 451.508 millones (2,1 veces el PIB de Chile anual) solo ese año categorizándola como la mayor recesión en 25 años, no viendo un futuro auspicioso el 2016 con proyecciones cercanas al -3,45%. Esta situación de dos PIB consecutivos en rojo no se veía desde la Gran Depresión (1930-31), de hecho Brasil tuvo el peor desempeño económico a nivel mundial, solo superado por una convulsionada Venezuela. ¿Cómo se decidió actuar de parte del ejecutivo? “a la europea” con austeridad, aumentando impuestos, endeudándose y cortando gastos.

La industria brasileña sólo en 2015 descendió un 6,2% y el sector servicios un 2,7%; el único sector que de hecho sigue estando en continua alza es el agropecuario con un positivo 1,8%. Este último impulsado por dinámicas de precio en cultivos de plantas de las que se produce biodiesel.

Un elemento que afectó fuertemente durante el 2015 al sector hortofrutícola fue la sequía, incluso afectando la provisión de agua a Sao Paulo como también haciendo subir los precios del café al producirse escasez del producto a nivel mundial.

Las dos problemáticas restantes que dificultan el andar de este gran elefante blanco son: la crisis política y la corrupción. En la primera se observa una falta de medidas y reformas claras para devolver el dinamismo a la economía. La corrupción de empresas estatales como privadas, se hace latente con situaciones como la de Petrobras que sobornó a políticos; y empresas de ingeniería y construcción (Odebrech, Andrade Gutierrez y OAS), firmando contratos con la estatal de manera “poco formal” entregando dinero a agentes políticos. Las consecuencias de esto se aprecian en la gigante de los hidrocarburos disminuyendo en un 25% su plan de inversiones del 2015 a 2019, afectando a la economía nacional.

Brasil y efecto LATAM

Para Argentina, su vecino del norte es el primer mercado dentro de su lista a nivel mundial, llegando a representar el 46% de las ventas industriales, viéndose ya el año pasado sus efectos: el 2015 las exportaciones a Brasil de Argentina se desplomaron un 47,9% (casi la mitad).
Uruguay y Perú serían afectados principalmente por “coletazos” de una economía agripada como la Argentina. Uruguay perdería turismo, y Perú perdería remesas internacionales de peruanos que viven y trabajan en Argentina (más de 200.000). Bolivia, el país que más ha crecido en estos últimos años en América Latina, lo ha hecho gracias a los hidrocarburos que involucra a más del 50% de sus exportaciones y parte importante de ellas se dirigen a sus mayores compradores en LATAM; Brasil y Argentina.

En Chile ya disminuyó en solo el año 2015 en 14,6% el comercio, situación que si se sigue acentuando, pudiendo ser la última gota que rebalsaría el vaso del estancamiento. Grandes compañías chilenas están posicionadas en Brasil, para algunas significan un 40% de los ingresos desde el norte, como Sonda, o incluso la mitad como LAN. CMPC es la única d las “multilatinas” (empresas del continente que están posicionadas en sólo países latinoamericanos) con números azules, de hecho en su última visita a Chile, Dilma Rousseff mantuvo conversaciones con los dueños de CMPC y aseguró garantías legales que les permitirían seguir de manera positiva el 2016 en adelante.

Futuro y preocupación

Brasil es un país que está convulsionado por el cambio político y de sistema económico que lógicamente es traumático, tal y como se ha visto a lo largo de la historia; como por ejemplo cuando la URSS se transformó en la Rusia actual, o como cuando se pasó de un sistema comunista a uno capitalista en Chile. El futuro no se ve claro, porque hay un sinnúmero de situaciones que provocan ingobernabilidad.

En un sentido hortofrutícola habrá que estar atento, ya que existen situaciones en las que se podría salir tanto beneficiado como sufrir un desmedro. En un lado positivo la caída de la producción de Brasil, al igual de lo ocurrido con el café por la sequía, llevaría al alza los productos agrícolas en las bolsas mundiales al existir escasez de ellos, aparte de poder absorber lo que son los productos antes vendidos a Brasil de parte de Argentina a precios más asequibles. Lo malo es la relación estrecha entre las dos partes (Chile y Brasil) teniendo la situación del gigante latinoamericano un efecto dominó en, no sólo el largo país que nos cobija, sino en toda América Latina. Argentina siendo uno de los países más afectados a nivel regional podrían presionar los cambios pro-mercado que se quieren impulsar de parte de Macri a ser rechazados esperando más ayuda del estado que proactividad de parte de la industria. Habrá que estar atentos.

www.portalfruticola.com

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