En un país donde los pequeños agricultores cultivan la mayoría de la producción, manejar el funcionamiento de las exportaciones no es fácil para el fruticultor colombiano promedio. Las infraestructuras de cadena de frío y líneas de transporte asequibles, a menudo pueden ser deficientes, así como el conocimiento de las necesidades del mercado de destino. 

Con una posición geográfica que está más cerca de los mercados europeos y norteamericanos -en relación a otros competidores de América del Sur-, bajos costos laborales y un suministro abundante de agua, la industria frutícola de Colombia tiene mucho a su favor.

Durante una misión organizada por el Programa Suizo de Promoción de Importadores (SIPPO) en el país sudamericano, importadores europeos pudieron ver in situ de lo que es capaz la zona conocida como Eje Cafetero.

Patrick Deegbe, director de Wad African Foods Ltd.,fue uno de los que pudo disfrutar de la oferta colombiana, donde destacan frutas como la carambola.

"Normalmente no me gusta comer esta fruta, ya que son muy ácidas, así que cuando me pidieron  probarla dije: 'no, no, no', pero después que lo intenté me comí dos”, dijo Deegbe a nuestro medio.

"Nosotros no importamos carambola pero esto podría darnos una idea, porque la calidad es muy buena", apuntó el importador, luego de probar la fruta producida en una de las fincas de la empresa Entrerios SAS.

Entrerios produce una gama de frutas para el mercado local con un fuerte enfoque en los cítricos, una categoría que sigue siendo testigo de la demanda y el crecimiento de la producción en Colombia. Pero es en el mercado de exportación donde Diego Ríos, gerente ejecutivo de la empresa, pretende estar.

"He estado cultivando carambola durante muchos años y quería comercializarla en Colombia, ya que nadie más lo hacía. La idea ahora es exportar  por primera vez en el Caribe y luego a otros mercados como Europa", señaló Ríos a Portalfruticola.com, agregando que cuenta con unas 10 hectáreas para la producción de esta exótica fruta.

"Creo que la única forma de hacerlo es por avión. Podemos hacer 2-3 toneladas cada vez, y podemos hacer eso 4 a cinco veces al año", sostuvo.

Ríos también apuntó que confía en el potencial de sus 30 hectáreas de árboles de lima Tahití. Sin embargo, dado que el cultivo no es un producto de nicho, hay una necesidad de colaborar con otros agricultores.

"El mayor desafío en obtener el volumen de producción. Tenemos que reunirnos varios para lograr un contenedor", dijo.

Diego Rios

"Ya estoy hablado con otros productores. Todo el mundo está interesado en hacer la exportación, pero no muchas personas tienen las facilidades para hacerlo... tenemos que conseguir una gran planta para reunir toda la fruta y cumplir con los requisitos de calidad de exportación", sostuvo Ríos.

Deegbe también se mostró positivo sobre la calidad de la producción de limas de Ríos.

"Son grandes y son más jugosa. Si la fruta es muy pequeña no hay jugo y no es tan buena... las limas realmente tienen un sabor y eso es lo que les da su calidad", añadió Deegbe.

Por su parte, Florian Hinrichs, director de abastecimiento de la empresa alemana Liverda GmbH, dijo que los productores colombianos de este cítrico tienen que tomar nota de la creciente tendencia en Europa hacia las limas "no tratadas", que rige actualmente sobre los procedimientos comunes posteriores a la cosecha, tales como el uso de cera y sanitizantes para prolongar la vida del fruto.

"Hay una tendencia en Europa que va hacia las llamadas limas  “no tratadas”, pero no hay ninguna especificación... no se define qué es una lima sin tratamiento", dijo Hinrichs.

"Principalmente, los supermercados dicen que no hay tratamientos después de la cosecha, no hay cosas adicionales, pero si dejas de lado la cera y ciertos sanitizantes, el proceso de maduración o la decoloración de las limas es mucho más rápido".

"Hay un conflicto, porque los consumidores quieren limas de color verde oscuro y muy frescas, pero al mismo tiempo les gustaría que no fueran tratadas. Creo que se necesita tiempo para educar a los consumidores que el color de la piel no tiene ninguna influencia en el sabor".

Hinrichs comentó que tendría sentido crear una definición más clara del término con los minoristas -no una certificación adicional- para mejorar la cadena de suministro.

"Los minoristas y los importadores deben definirlo, y luego hablar con algunos productores y hacer algunas pruebas para ver cómo les va a las limas no tratadas en tránsito", acotó.

Hato La Macana: un productor de aguacate que encuentra su camino

Hace cinco años, la empresa familiar Hato Macana dio inicio a sus actividades con plantaciones de café. Sin embargo, al poco tiempo ésta optó por diversificar su negocio a un cultivo que ha demostrado ser más popular entre los exportadores que los consumidores locales: el aguacate Hass.

Juliana Florez

La directora comercial de Hato Macana, Juliana Florez, explicó al grupo de importadores europeos que la empresa sólo había estado exportando durante los últimos dos años, y que comenzó a vender la fruta a Westfalia (Sudáfrica) y Agricom (Chile). Muchas fruta terminaba, eventualmente, siendo vendida a los mercados francés e inglés a través de las re-exportaciones de Rotterdam.

"Vamos a empezar a hacer las primeras exportaciones por nosotros mismos, utilizando una planta de empaque en Bogotá porque tenemos un cliente (Ocati) que quería que enviáramos aguacates el año pasado... ellos tienen la experiencia, la documentación y la logística para exportar", dijo Juliana.

"La temporada de cosecha es en septiembre, octubre y noviembre. Luego podemos detenernos o tener una pequeña cantidad en diciembre y enero, y luego comenzar nuevamente en febrero, marzo y abril".

"Estamos recién comenzado y este es sólo el inicio para Colombia. Va a tomar algo de tiempo".

"Queremos conocer el mercado, quiénes son nuestros compradores, y queremos saber si les gustan nuestros aguacates o si los están comprando sólo por el volumen", acotó Juliana.

Florez dijo que la fruta tendrá que ser exportada cuando no exista competencia de Perú o Chile, dado que la región tiende a producir fruta de menor tamaño.

Por su parte, Hinrichs indicó que el volumen disponible de Hato La Macana no sería suficiente para las necesidades de su empresa, pero si la operación pudiera combinarse con otras empresas, entonces podría haber una posibilidad de vincularse.

Por otro lado, el productor español y comerciante Sigfrido Molina de Sigfrido Fruit dijo que estaba muy impresionado con el cultivo.

"Vimos una granja que estaba en perfectas condiciones después de cuatro años con una gran carga frutal, y eso no es todo; tenía la fruta en cuatro estados diferentes - floración, cuajado, fruta que ha crecido un poco y fruta que está lista para la cosecha", apuntó Molina, quien señaló que había visto algo similar en México.

"Hay una ventana muy interesante para el producto colombiano, cuando ha finalizado en Perú y aún no ha iniciado en Chile -me interesa, y es el propósito de mi visita", dijo el productor español.

Hato Macana también produce unas 200 TM de variedades locales de aguacate, las que cuentan con la preferencia del consumidor local.

"No exportamos variedades locales. No nos involucramos con ellas porque lo que el comprador quiere son Hass, pero si la gente está interesada podemos hacerlo", dijo Juliana.

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