Fenómeno de El Niño y su efecto en el clima mundial

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Fenómeno de El Niño y su efecto en el clima mundial

California (EE.UU.) está experimentando una de las sequías más devastadoras de su historia. Las altas temperaturas y escasez de agua se extienden ya por 4 años, lo que sumado a la llegada del verano boreal, no hacía más que aumentar la preocupación de las autoridades debido a que es la estación con menores precipitaciones.

El Niño durante 1997-98, via Wikimedia Creative Commons

El Niño durante 1997-98, via Wikimedia Creative Commons

Sin embargo, el panorama fue totalmente diferente puesto que durante el mes de julio se registraron intensas lluvias, convirtiéndose en el mes más lluvioso del que tienen registro muchas partes del sur del estado norteamericano, además de presentar niveles de humedad inusualmente altos, reportó BBC Mundo.

Situaciones extrañamente similares se repiten alrededor del mundo, por lo que muchos expertos aseguran que se debe al fenómeno de El Niño que se caracteriza por un calentamiento de las aguas ecuatoriales del este del Océano Pacífico y cuya actividad se ha ido fortaleciendo en los últimos meses.

De este modo, y tomando en cuenta los recientes fenómenos climáticos, cada vez existe más consenso entre los científicos de que el actual El Niño podría alcanzar una dimensión similar al que se registró en 1997-1998 y que causó inundaciones y sequías a escala planetaria.

"Los datos que tenemos nos indican que se trata de El Niño más fuerte desde 1997, pero obviamente los modelos climáticos sólo pueden predecir lo que sucederá a unos pocos meses, así que hay que ser precavidos", aseguró William Patzert, experto del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA (JPL, por sus siglas en inglés) a BBC Mundo.

"Para que alcance una intensidad similar a la del periodo 1997-1998 tienen que suceder dos cosas. Primero, en los próximos meses se deben ralentizar significativamente los vientos alisios en dirección este-oeste en el Pacífico (...) Si eso sucede, veremos una transferencia dramática de calor de las aguas del oeste del Pacífico a las del Pacífico central y oriental. En esas condiciones es cuando puede alterar los patrones de temperatura y precipitaciones en todo el planeta", apuntó Patzert.

A raíz de lo anterior, el experto indicó que en Norteamérica, El Niño haría que la corriente en chorro subtropical, que habitualmente se encuentra en el sur de México y Centroamérica, se desplace hacia el norte, provocando inviernos más lluviosos de lo habitual en el sur de EE.UU.

"En contraste, la corriente en chorro polar, que ha sido muy potente en Norteamérica en los dos últimos inviernos, se debilita, por lo que se registran unos inviernos más templados en el norte de EE.UU. y el sur de Canadá", comentó.

Cabe señalar que, según Patzert, pese a que el aumento de las precipitaciones puede ser una buena noticia para el suroeste de EE.UU. por la sequía que atraviesa la región, también podría dar lugar a importantes inundaciones y deslaves.

En el caso de Sudamérica, en la región que va desde el norte de Chile hasta Ecuador –donde se encuentran algunas de las zonas más áridas del planeta- El Niño produciría inviernos muy lluviosos.

"Además, en esa área, que cuenta con los mayores caladores de pesca comercial del mundo, si la temperatura del agua permanece inusualmente alta se produce un colapso en las capturas, lo puede impactar en las economías de esos países", destacó el experto.

"En el noreste de Brasil El Niño suele provocar sequía, mientras que en el sur de Brasil y el norte de Argentina se registran inundaciones", añadió.

Con respecto al continente asiático, Patzert señaló que cuando en el Pacífico ecuatorial el agua caliente se mueve hacia Sudamérica, en lugares como Filipinas, Indonesia o Tailandia se registran sequías extremas.

“En algunos de esos países, en los que la agricultura supone un gran porcentaje del Producto Interno Bruto, se puede dar un aumento del precio de los alimentos que acaba afectando el precio de las materias primas a escala global (…) Al mismo tiempo, en países como Japón y China, se dan inviernos más templados", detalló.

Para el viejo continente, cuando El Niño es potente, se dan inviernos muy fríos en la zona este, así como en el occidente de Rusia, donde Patzert destacó que "un buen ejemplo de ello son dos de los Niños más importantes registrados en los últimos dos siglos: el de 1812 y el de 1941”.

"Esos fueron precisamente los inviernos en los que las tropas de Napoleón y Hitler cayeron derrotadas. Por eso me gusta decir que no los derrotó ningún ejército, sino El Niño", aseveró.

Con respecto a otras zonas del planeta, Patzert explicó que en años de El Niño "hay una temporada de huracanes más débil en el Atlántico", puesto que los vientos que se dan no son favorables a la creación de sistemas tropicales.

"Al mismo tiempo en el Pacifico oriental, debido a la elevada temperatura del agua, se registra una temporada de huracanes muy activa, en zonas como la costa de Baja California (…) Mientras, el sur del continente africano y Madagascar tienden a verse afectados por la sequía, y áreas del África subsahariana, que son muy secas, experimentan más precipitaciones", detalló.

Finalmente, el experto de la NASA añadió que El Niño hace que el norte de Australia, igual que en el Sudeste Asiático, se vea afectado por la sequía.

Centroamérica, El Niño y la agricultura

El fenómeno de El Niño, que afecta a Centroamérica desde inicios de 2015 y que se prolongará hasta el año próximo, ha alertado a las autoridades de los distintos países a tomar medidas de prevención y mitigación para resguardar al sector agrícola.

Especialistas en meteorología, hidrología y agricultura declararon durante el Foro Climático de América Central –coordinado por la Secretaría Ejecutiva del Consejo Agropecuario Centroamericano (SECAC) y gestionado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA)- que “Centroamérica continuará enfrentando condiciones muy secas especialmente en el litoral Pacífico, desde el oriente de El Salvador hasta Panamá, o con exceso de lluvias, como en algunas zonas del litoral Caribe sur centroamericano y parte del litoral Pacífico guatemalteco”.

Para la consultora de la SECAC, Nadia Chalabi, la sequía podría afectar la producción de la agricultura de subsistencia de todo el Corredor Seco Centroamericano, especialmente las cosechas de maíz y frijol de las siembras de primera y eventualmente, las siembras de apante.

Por otra parte, las producciones frutícolas y de café podrían experimentar alteraciones de floración por las temperaturas altas.

“Algunas zonas de Costa Rica y de Panamá podrían presentar abundantes lluvias e inundaciones que podrían impactar la producción y el comercio de cultivos perecederos como banano, papaya y hortalizas”, indica IICA.

A raíz de lo anterior, se recomiendan a los países instalar sistemas de captación de agua y de riego, además de utilizar variedades resistentes en las regiones donde habrá condiciones secas.

Además, aseguran que es fundamental reorganizar las fechas de siembra de los cultivos anuales, emplear sistemas de monitoreo de plagas para prevenir riesgos sanitarios y prepararse para una temporada seca que se anticipa como más intensa y prolongada.

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