Producto de una mutación natural

Casualidad del destino o 53 años de trabajo en fruticultura. En los terrenos de la familia Chimenti en la zona de Talagante (Región Metropolitana) una mutación genética natural dio vida a una nueva variedad de uva de mesa chilena, la Pink Globe.

En Portalfruticola.com conversamos con Alfredo Chimenti Agri y Alfredo Chimenti Silva, su hijo, acerca de las características de esta uva, los desafíos y oportunidades que se presentan con ella y del largo camino que han recorrido para poder, finalmente, lanzarla a Chile y el mundo.

En su oficina, donde Alfredo Chimenti padre se ha dedicado a coleccionar etiquetas de embalaje desde la década de los 70 y provenientes de todas partes del mundo, nos cuenta que la Pink Globe es una variedad cuyos méritos gustan al consumidor chino y por eso, tomaron la decisión de comenzar su producción comercial con vistas a conquistar el gigante asiático.

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Pero ¿cómo partió todo esto?

Productor y autodidacta. Así se podría definir a Alfredo Chimenti padre. Hace ocho años se encontraba cosechando uva Red Globe en su campo de Talagante, cuando entre los más de 200 mil racimos existentes, encontró uno que llamó su atención en la parra número 46 de la hilera tres. Era un racimo de color rosado uniforme brillante.

Sin cortarlo de la parra, le colocó un gorro de papel para protegerlo y diferenciarlo del resto. Colocó además un mensaje simple y claro: “No tocar”.

El productor nos contó que transcurrió marzo, abril, mayo y luego, durante los primeros días de junio, tras unas fuertes heladas que se sintieron en la zona, decidió cortarlo. Lo puso en la mesa de su casa para que su familia lo probara. A todos, y especialmente a sus nietos, les gustó.

“Fue una yema la que mutó y produjo el brote y ese brote produjo el racimo. O sea, la parra tenía 27 racimos de color violeta oscuro y sólo uno rosado”, relata Alfredo Chimenti. Cuenta que a la siguiente temporada ese mismo pitón volvió a dar un brote que dio otro racimo rosado y posteriormente dio origen a la parra madre. Al año siguiente continuó su cultivo, obteniendo racimos rosados y parejos. En ese momento se convenció: la variedad podía llegar a ser algo importante.

Luego de un seguimiento de la variedad por tres temporadas, Alfredo Chimenti acudió al SAG, donde le dieron las pautas para poder inscribirla como una nueva variedad de uva de mesa. “Al principio el SAG tenía dudas respecto a que los virus podían ser los causantes del color rosado, pero después de dos años logramos demostrar que entre las distintas generaciones de la variedad no eran los virus los causantes del color, sino que había sido una mutación”, expresó Chimenti padre.

“Siendo una mutación de Red Globe no era un trabajo fácil encontrar las diferencias genéticas”, cuenta su hijo. Hace un año comenzaron un estudio de identificación genética en conjunto con FIA y la Universidad Católica de Chile y hace dos meses se les comunicó que la variedad cuenta con su propia identidad, claramente diferenciable de la uva Red Globe. Hoy la familia Chimenti ya cuenta con la variedad inscrita en el registro de variedades protegidas del SAG.

Características de la uva

En un principio pensaron que era similar a la Red Globe, pero la Pink presenta una serie de diferencias bastante interesantes.

Es una variedad que no necesita de un trabajo o manejo técnico especial. “Si tú eres un buen productor de Red Globe vas a ser un excelente productor de Pink. No hay nada que inventar”, nos explicó el padre.

Además de su color rosado, la pulpa es absolutamente blanca. Sus semillas son más pequeñas y no son astringentes.

En comparación a la Red Globe, posee una piel más suave y presenta en promedio 3 a 4 grados brix más de azúcar, cosechándose cuando alcanza entre los 18 a 20 grados.

Se trata de una variedad que en su proceso de maduración toma primero grados brix y luego el color. En cuanto al rendimiento, Alfredo Chimenti hijo señala que la producción por hectárea debiera estar en torno a unas 4 mil cajas equivalentes de 8,2 kilos con un porcentaje de fruta exportable al mercado Chino superior al 90%.

“Se debe considerar, que existen parámetros y normas claras en términos de calidad, condición y embalaje de la fruta para ser exportada al mercado Chino bajo nuestra marca”, agregó.

“Es interesante por parte del productor hacer una evaluación en términos de qué tipo de suelo y clima tiene, porque ya sabemos que la variedad se ajusta muy bien a distintos patrones. Perfectamente se puede acomodar desde Copiapó hasta la sexta región”.

Pensando en que China es el principal mercado para la fruta ya se enviaron algunas muestras para ver el comportamiento en viaje de esta.

Nos cuentan que la fruta se guardó primero en Chile por 30 días, a los que se le sumaron los de viaje hasta la nación asiática, en donde se abrieron cajas con más de 70 días en el mercado de Guangzhou.

“No hubo deshidratación, blanqueamiento, pudrición, desgrane. En general, no hubo absolutamente ningún tema que hoy nos pueda de una u otra manera preocupar o poner nerviosos en términos de condición de la fruta”, dijo Chimenti hijo.

Sí indicó que hay que trabajar en términos de calidad, ya que el consumir chino gusta de un racimo bien formado, una baya de tamaño y color uniforme, donde el color, la firmeza y la dulzura son muy importantes. “Estamos seguros de que China premia un producto como este”, agregó. “La demanda se ve interesante”, enfatizó su padre.

Una nueva etapa

Ya con la inscripción de la variedad en Chile, se da paso a la internacionalización. “La norma UPOV es un marco regulador que te permite estar menos nervioso”, comentó Chimenti Silva.

Junto a esto está la búsqueda del registro en otros países productores y comercializadores de uva de mesa que puedan ser importantes dentro del modelo de negocio que tienen en mente, entre ellos Perú, Estados Unidos, Egipto, Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda, países en los cuales ya se iniciaron los tramites de registro.

Su objetivo es mantener un programa de abastecimiento durante todo el año.

“Lo importante es obtener una planta libre de virus (…) y una vez que la tengamos nos va a permitir exportar material y hacer las pruebas necesarias en los países que así lo requieran”, comentó Chimenti hijo.

“Para nosotros es súper importante EE.UU - como contra estación - ver cómo se comporta en ese país y, si realmente mantiene sus características, para poder exportarla desde Norteamérica a China”, dijo.

Los Chimenti detallan que buscarán un modelo de negocios de mayor control, con un número acotado de hectáreas totales a cultivar.

“Chile exporta aproximadamente 28 millones de cajas de Red Globe al mundo, de los cuales 8 millones van a Asia. En términos generales hoy nos planteamos obtener con Pink un 20% del mercado, o sea, estamos hablando de aproximadamente 6 millones de cajas”.

De acuerdo a lo anterior, indican que en Chile podría generarse una superficie de entre 1.000 a 1.500 hectáreas con la variedad, pero dicen que hay que tener cuidado para no terminar “pisándose la cola” perdiendo competitividad frente a otras variedades.

“Hay que buscar el equilibrio entre el mercado interno y lo que eventualmente podamos desarrollar fuera sin que afecte la producción o el negocio de los productores que entren a producir Pink Globe”, expuso.

Actualmente hay siete generaciones de la variedad en 12 hectáreas de la familia Chimenti. Cuentan además con algunas plantas en Centros Experimentales desde Copiapó hasta San Fernando, tanto en la costa como en la cordillera, para ver el comportamiento del cultivo en diversos climas, suelos y patrones.

Están trabajando asociados con Asoex, en un proyecto cofinanciado por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) en el cual se pretende validar, entre otros temas, el registro internacional, la identificación genética, la limpieza de virus y el modelo de negocios.

Durante el próximo año tomarán importantes decisiones, principalmente esperan validar los méritos de la variedad y dar forma final a su modelo de modelo de negocios para presentarlo a la industria frutícola para ya el año 2013 contar con un proyecto consolidado.

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